jueves, 23 de agosto de 2012

Cosas de musas...


Cual noria que siempre da las mismas vueltas,
asi estamos, mi amor.
tu dices que me quieres más, y yo, que te quiero mejor.
Que a veces estando contigo no soy capaz de pensar,
ni siquiera de sentir.
Por eso, te miro y sonrio, para que no pienses en mi.

No sé que hago escribiéndote, porque, ¿a quién escriben las musas?
Musa vieja y usada, musa triste y acabada.
Quizás si tuviste tu momento
pero eso atrás quedó,
enterrado junto con besos entre las sabanas de un colchón.
Ya pasaron otras musas, princesas o doncellas,
una ya se fueron, otras, aún sueñas con ellas.

¿Quién te inspira tus gestos y tus embrujos?
ponle nombre a tus miradas,
no confundas a los cuerdos y a los locos, no les des alas.

Y sentada en la noria de este silencio
pienso mucho como esto,
pero no lo digo, lo guardo,
para usarlo en su momento, o ganar con ello tiempo.
O engañar a quien escucha
este repetitivo silencio.

domingo, 5 de agosto de 2012

Escandaloso silencio.

Se apagaba la luz y de nuevo, la oscuridad los envolvía. Buscaban a tientas palabras que hicieran traer el día.
 En vez de eso, dos cuerpos.
Chocaron y cayeron a una cama que, por casualidad, allí había. Tumbados, siguieron buscando esas palabras, por su piel, brazos, espalda, cuello, manos, pecho, labios... ni rastro.
Pero nada de desánimo, todo lo contrario.
Con la seguridad de la pasión continuaban su búsqueda... pero el silencio persistía.

Entonces su boca cerrada le dijo lo que no quería oír. Escuchó las palabras que nacían en su mente y morían en sus dientes apretados rápidamente

Y de repente, apareció la Duda. Se acomodó en un lado de la cama y acercándose, le susurraba al oído venenos...