Créeme, no pido tanto.
Nos volvemos a montar en la noria... en tu noria.
Tranquilidad, los reproches no son lo mio,
pero estoy cansada de manchar una libreta de dudas sobre un futuro quien sabe si cercano o inalcanzable.
Porquería de tinta malgastada en llenar páginas, y páginas y páginas con la misma cantinela, con las mismas lágrimas.
Subir a una nube, que los pájaros te hagan cosquillas en los pies, y acto seguido caer y romperte las risas y los huesos contra el suelo...
Esa es mi rutina y no debería serlo.
Odio martirizarte, delicada lámina de papel, pero hasta en estos momentos eres más fuerte que yo.
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