sábado, 5 de enero de 2013
Se abre el telón...
No tengas en cuenta nunca lo que hace o dice un actor
porque solo obedece a un guión.
Si bien le da matices
y lo adapta para sí,
prepara sus perdices
si el final debe ser feliz.
Cuida tus latidos
cuando ande frente a ti,
cuando sus manos provoquen suspiros,
cuando se acerque a tu nariz.
Procura evitar sus monólogos
sus dramas románticos o sus pataletas.
Que el no sea tu Romeo.
Que tú, no seas su Julieta.
Que no te venda la moto ni la butaca
ni que señale tu entrada con sus besos.
Al terminar su función, cerrará el telón en tu cara
y te deja envuelta en su oscuridad de silencios.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario