domingo, 5 de agosto de 2012

Escandaloso silencio.

Se apagaba la luz y de nuevo, la oscuridad los envolvía. Buscaban a tientas palabras que hicieran traer el día.
 En vez de eso, dos cuerpos.
Chocaron y cayeron a una cama que, por casualidad, allí había. Tumbados, siguieron buscando esas palabras, por su piel, brazos, espalda, cuello, manos, pecho, labios... ni rastro.
Pero nada de desánimo, todo lo contrario.
Con la seguridad de la pasión continuaban su búsqueda... pero el silencio persistía.

Entonces su boca cerrada le dijo lo que no quería oír. Escuchó las palabras que nacían en su mente y morían en sus dientes apretados rápidamente

Y de repente, apareció la Duda. Se acomodó en un lado de la cama y acercándose, le susurraba al oído venenos...







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